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17 de mayo, 2025

Prepárate, Cristo viene

Malaquías 4:1-6

Recordemos que el tema central del Libro de Malaquías es una apelación, es una súplica poderosa y apasionada para que el pueblo se arrepienta de su pecado y vuelva a Dios; Es una súplica acompañada de una promesa rica para aquellos que deciden obedecer a Dios y de una severa advertencia si se niegan a obedecer.

A lo largo de la historia ha habido momentos donde la iglesia de Cristo se ha alejado del Señor y necesita regresar a Dios, hay una tendencia en la naturaleza del hombre que lleva al creyente a desviarse de una forma mucho más natural que a obedecer de manera natural, por lo tanto, no es de extrañar que Dios llame una y otra vez a su pueblo a volver a él y esto es lo que Malaquías a estado haciendo, llamando al pueblo de Israel, llamándonos a nosotros a volver al Señor.

Antes de leer el texto de Malaquías debemos recordar dónde terminó el capítulo anterior porque el texto de hoy es la respuesta de Dios a la acusación última del pueblo Malaquías 3:14-15 dice:

"14 Ustedes han dicho: "En vano es servir a Dios. ¿Qué provecho hay en que guardemos Sus ordenanzas y en que andemos de duelo delante del Señor de los ejércitos? 15 Por eso ahora llamamos bienaventurados a los soberbios. No solo prosperan los que hacen el mal, sino que también ponen a prueba a Dios y escapan sin ser castigados"

ahora Dios se propone refutar eso en Malaquías 4. Escucha lo que Dios dice:

"Porque viene el día, ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen el mal serán como paja; y el día que va a venir les prenderá fuego», dice el Señor de los ejércitos, «que no les dejará ni raíz ni rama. 2 Pero para ustedes que temen Mi nombre, se levantará el sol de justicia con la salud en sus alas; y saldrán y saltarán como terneros del establo. 3 Y ustedes pisotearán a los impios, pues ellos serán ceniza bajo las plantas de sus pies el día en que Yo actúe», dice el Señor de los ejércitos.

4 «Acuérdense de la ley de Mi siervo Moisés, de los estatutos y las ordenanzas que Yo le di en Horeb para todo Israel. 5 Yo les envío al profeta Elías antes que venga el día del Señor, día grande y terrible. 6 Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que Yo venga y hiera la tierra con maldición."

La última parte de la profecía de Malaquías habla de "el día del SEÑOR" (4.1, 3, 5 LBLA). La perspectiva bíblica de la Historia no es circular, sino lineal. Tiene un comienzo definido cuando Dios creó el universo y va acercándose a su punto culminante. En el mundo de ahora abunda el pecado, la injusticia y la desigualdad, pero el fin de la Historia será el gran día del juicio de Dios y ese día, el día del Señor se acerca y Malaquías nos dice que debemos considerar todo a la luz de aquel día venidero.

En la Escritura, la expresión "el día del SEÑOR" se refiere principalmente, aunque no exclusivamente, al regreso de Jesucristo. A lo largo de la Historia, por medio de guerras, de hambre, pandemias, etc. Dios ejerce un juicio temporal sobre las naciones, castigando el pecado y buscando que el hombre, su iglesia se vuelva a él. Sin embargo, estos "días del SEÑOR" son apenas una sombra de "el día del SEÑOR, día grande y terrible" (4.5 LBLA), cuando Cristo regresará.

Entonces Malaquías está mirando con anticipación (400 años antes) la Primera Venida de Cristo, pero también está mirando con anticipación el juicio que Cristo traerá en su Segunda Venida, pero también contempla las bendiciones que vendrán para aquellos que han sido redimidos, para aquellos que temen al Señor (3:16). Este es un texto corto, donde se entreteje profecías que señalan la primera venida del Señor y profecías que apuntan a la segunda venida del Señor.

La porción que leímos señala que frente a la acusación del pueblo contra Dios "de no hacer nada al ver como el impio prospera", Dios dice eso no es cierto porque viene el día donde yo juzgaré a aquellos que ustedes piensan que yo estoy ignorando.

"Viene el día" esa frase es usada por Malaquías cuatro veces, en 3:17, 4:1, 4:3 y en 4:5 de manera que Dios está subrayando que ciertamente hay un día de rendición de cuentas y ese día es llamado en el Antiguo Testamento por otros profetas como "el día de la ira de Dios", esa es la ira que cayó sobre los hombros del Señor Jesucristo, esa es la ira que Cristo tomó sobre sí para que no tenga que venir sobre mí.

Esta porción de la Palabra se está dirigiendo a dos grupos de personas:

Primero: El juicio de Dios sobre todo el que hace lo malo.
Segundo: La bendición de Dios sobre todo aquel que teme al Señor.

PRIMERO: EL JUICIO DE DIOS SOBRE TODO EL QUE HACE LO MALO.

"1 Porque viene el día, ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen el mal serán como paja; y el día que va a venir les prenderá fuego», dice el Señor de los ejércitos, «que no les dejará ni raíz ni rama."

Escucha como describe la Palabra a este grupo de personas, son soberbios, son aquellos que hacen el mal, para los israelitas, Dios es indiferente al pecado de ellos, pero el hecho que Dios haya retenido su juicio en su paciencia y en su misericordia, no dice en lo más mínimo que nuestro Dios sea insensible o indiferente a la maldad que los Israelitas ven y que tú y yo vemos todos los días.

La misericordia de Dios es lo que está reteniendo su juicio porque todavía hay mucha gente que no ha oído el mensaje de salvación y Dios no queriendo que nadie se pierda, sino que todos vengan al arrepentimiento está reteniendo su juicio, pero el día se acerca, ese día está cada vez más cerca. (2 Pedro 3:9)

Malaquías usa un simbolismo para señalar la severidad del juicio de Dios, escucha "Porque viene el día, ardiente como un horno" y esto no es otra cosa que "fuego", Malaquías ya usó esta figura en el capítulo 3 pero refiriéndose a un fuego purificador, de refinamiento, en el Nuevo Testamento Pedro usa esta misma imagen en 1 Pedro 4:12-13 (NTV):

"12 Queridos amigos, no se sorprendan de las pruebas de fuego por las que están atravesando, como si algo extraño les sucediera. 13 En cambio, alégrense mucho, porque estas pruebas los hacen ser partícipes con Cristo de su sufrimiento, para que tengan la inmensa alegría de ver su gloria cuando sea revelada a todo el mundo."

Esta figura "...ardiente como un horno..." "fuego" es visto más como un agente consumidor para juzgar a "todos los soberbios y todos los que hacen el mal..." ellos "serán como paja y el día que va a venir les prenderá fuego" los reunirá, amontonará como paja y les prenderá fuego, ese es el día de la ira de Dios donde "no les dejará ni raíz ni rama." Esta imagen es dramática, todo será consumido en el día de la ira de Dios.

Sin embargo, esto no quiere decir que vaya a haber una condena de aniquilación, es decir, que el impio sencillamente dejará de existir, eso no enseña la Biblia, cuando el texto dice, "no les dejará ni raíz ni rama" se refiere al hecho de que en el día del juicio no habrá una segunda oportunidad. No quedará raíz para volver a empezar. No habrá rama ni vástago que poder injertar en otro lugar para comenzar de nuevo. El juicio será final e irreversible.

Dios señaló en el capítulo 3:

"13 Las palabras de ustedes han sido duras contra Mi..."

recuerda el pueblo acusó seis veces a Dios a lo largo del libro de Malaquías de no cumplir básicamente con Su pacto, pero, debemos recordar que el pacto celebrado por Dios al constituir a Israel como una nación, este pueblo miró ese pacto en términos transaccionales, comerciales, es como que el pueblo le decía a Dios, "yo te estoy trayendo corderos de sacrificio, yo te estoy trayendo ofrendas, no importa si esos corderos estaban deficientes y si la ofrenda era deficiente, tú me debes algo en retorno y yo no estoy recibiendo nada, ¿es acaso que no miras lo que traigo?, no importa si mis relaciones familiares, matrimoniales no andan bien tú me debes algo en retribución a mis ofrendas." Dios está dando tiempo para que este pueblo se arrepienta de lo contrario, les dice, "viene el día de mi ira"

De manera que mucho del juicio que Dios menciona a lo largo de Malaquías es primariamente contra el liderazgo, específicamente contra los levitas y los sacerdotes, un comentarista bíblico dice: "como en los dias de Malaquías el juicio final no solamente trazará la línea divisoria entre las personas religiosas y las irreligiosas, aquellos a quienes Malaquías condena en este pasaje y a lo largo de todo el libro no fueron paganos y religiosos, esta gente eran miembros de la comunidad bajo pacto que venían a adorar en el templo de Dios en Jerusalén, que ofrecieron los sacrificios prescritos, que se vieron a sí mismo como piadosos y que en algunos casos eran sacerdotes y levitas; de la misma manera hoy hay gente que asiste a la iglesia regularmente, que ofrenda generosamente, que obedecen muchos de los estatutos de Dios, incluso son miembros comprometidos, muchos de ellos son pastores, ancianos, líderes, sin embargo, son extraños a Dios"

1 Pedro 4:17-19 dice:

"7 Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios. Y si comienza por nosotros primero, ¿cuál será el fin de los que no obedecen al evangelio de Dios? 18 Y si el justo con dificultad se salva, ¿qué será del impío y del pecador? 19 Así que los que sufren conforme a la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, haciendo el bien."

Para los que no respetan ni honran a Dios, el día del juicio final será de llanto y lamento, pues tendrán que rendir cuentas por todas sus acciones. El profeta Isaías describe ese día de la siguiente manera 13:9:

"Miren, el día del Señor viene, Cruel, con furia y ardiente ira, para convertir en desolación la tierra y exterminar de ella a sus pecadores."

Isaías 66:15-16 dice:

"15 Porque el Señor vendrá en fuego y Sus carros como torbellino, para descargar Su ira con furor y Su reprensión con llamas de fuego. 16 Porque el Señor juzgará con fuego y con Su espada a toda carne, y serán muchos los muertos por el Señor."

Sofonías 1:17-18 dice:

"17 Traeré angustia sobre los hombres, y andarán como ciegos, porque han pecado contra el Señor. Su sangre será derramada como polvo, y su carne como estiércol. 18 Ni su plata ni su oro podrán librarlos en el día de la ira del Señor, cuando por el fuego de Su celo toda la tierra sea consumida; Porque Él hará una destrucción total y terrible de todos los habitantes de la tierra."

Sofonías 3:8 dice:

"8 Por tanto, espérenme», declara el Señor, hasta el día en que me levante como testigo, porque Mi decisión es reunir a las naciones, juntar a los reinos, para derramar sobre ellos Mi indignación, todo el ardor de Mi ira. Porque por el fuego de Mi celo toda la tierra será consumida."

Después de escuchar esto probablemente no estamos tan seguros si queremos que Dios haga justicia, Malaquías 4:5 describe ese día como "grande y terrible".

La pregunta de muchos es, ¿Cómo puede un Dios de amor condenar a las personas de forma definitiva e irrevocable? La respuesta es, Dios es Juez y al mismo tiempo Salvador. Dios es amor y al mismo tiempo justicia. Déjame ahondar la respuesta con las siguientes premisas:

La Santidad y Justicia de Dios: El amor de Dios no existe en aislamiento de su santidad y su justicia. Dios es intrínsecamente justo y su justicia demanda una respuesta al pecado y a la rebelión contra su perfecta ley. El pecado no es simplemente una falta menor, sino una ofensa contra un Dios infinitamente santo.

La Seriedad del Pecado: El pecado, en su raíz, es una negación de Dios y una elección de autonomía en lugar de sumisión a su señorío. Desde esta perspectiva, el pecado tiene consecuencias serias y eternas porque se dirige contra un Ser eterno.

La Soberanía de Dios y la responsabilidad del hombre: Si bien Dios es soberano en última instancia, las personas toman decisiones y son responsables de ellas. La condenación es el resultado justo de la elección persistente y final de rechazar a Dios y su provisión para el pecado.

La Gracia y la Misericordia de Dios: Manifestadas en la persona y obra de Jesucristo. Dios no se complace en la muerte del impío (Ezequiel 33:11). Él ha provisto un camino de redención a través de la fe en Jesús. La condenación es para aquellos que, a pesar de esta provisión, persisten en su incredulidad y rechazo del Evangelio.

Jesucristo habló con mucha claridad acerca de la realidad del castigo eterno y de la vida eterna, Mateo 25:46:

"Estos irán al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna"

Marcos 9:46-48:

"43 Si tu mano te es ocasión de pecar, córtala; te es mejor entrar en la vida manco, que teniendo las dos manos ir al infierno, al fuego que no se apaga, 44 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego no se apaga. 45 Y si tu pie te es ocasión de pecar, córtalo; te es mejor entrar cojo a la vida, que teniendo los dos pies ser echado al infierno, 46 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego no se apaga. 47 Y si tu ojo te es ocasión de pecar, sácatelo; te es mejor entrar al reino de Dios con un solo ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno, 48 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego no se apaga."

Lucas 12:5 (NTV):

"5 Les diré a quién temer: teman a Dios, quien tiene el poder de quitarles la vida y luego arrojarlos al infierno. Claro, él es a quien deben temer."

Uno de los aspectos al ser creados a imagen y semejanza de Dios es que somos responsables de nuestras acciones, recuerda que afrontaremos las consecuencias de nuestros actos, no solo hoy mientras estamos en esta tierra, de no arrepentimos, esas consecuencias se extenderán por toda la eternidad.

Todos merecíamos el fuego del infierno, pero, solo la obra de Cristo en la cruz cambio nuestra eternidad. Pero hoy algunos en este lugar que están de camino al infierno por la terquedad de su corazón al no arrepentirse de sus pecados y hacer de Cristo su Señor.

Sin embargo, nuestro Señor no tuvo miedo de hablar del infierno. Jesús habla del "infierno de fuego" (Mt 5:22); del peligro de que "todo el cuerpo sea arrojado al infierno" (Mt 5:29); del "fuego que no se apaga" (Mr 9:43); del lugar donde es "echado al infierno" el que no se arrepiente (Mr 9:45), "donde el gusano de ellos no muere, y el fuego no se apaga" (Mr 9:48).

A muchos cristianos les cuesta creer que Jesús desempeñe un papel activo en el juicio de los impíos. Sin embargo, las Escrituras no nos deja ninguna duda sobre esta realidad: Nuestro Señor dice Mateo 13:41-42:

"41 El Hijo del Hombre enviará a Sus ángeles, y recogerán de Su reino a todos los que son piedra de tropiezo y a los que hacen iniquidad; 42 y los echarán en el horno de fuego; alli será el llanto y el crujir de dientes. 43 Entonces los justos resplandecerán como el solen el reino de su Padre. El que tiene oídos, que oiga."

Por favor escucha, este lugar es eterno, as Escrituras nos muestran que el infierno es un lugar de «castigo eterno» (Mt 25:46). El infierno es un «fuego eterno» (Mt 18:8) que nunca puede ser apagado (Mr 9:45).

CONCLUSIÓN: ¿ENTONCES CÓMO DEBEMOS VIVIR?

El día del Señor muestra una clara diferencia entre los justos y los malvados. Para los primeros ese día será de perdón (3:17) y de salvación plena (4:2); para los segundos, ese será un día de castigo y destrucción (4:1, 3).

"Nuestro Señor clamó con lamento para que nosotros cantáramos con alabanzas; se secó de sed para que nosotros bebiéramos libremente de la fuente; fue abandonado en las tinieblas para que nosotros tuviéramos comunión en la luz; fue aplastado para que nosotros fuéramos restaurados; fue públicamente avergonzado para que nosotros fuéramos públicamente exaltados; fue escarnecido por los malhechores para que nosotros fuéramos alabados por los ángeles; entregó Su espíritu para que nosotros tuviéramos nuestros espíritus salvados. Tan reales como fueron Sus sufrimientos, no lo serán menos nuestros gozos. La experiencia infernal de la cruz es el mayor testimonio de los gozos inefables de la vida eterna con Dios."

1 Tesalonicenses 1:9-10 dice:

"9 Pues ellos mismos cuentan acerca de nosotros, de la acogida que tuvimos por parte de ustedes, y de cómo se convirtieron de los idolos a Dios para servir al Dios vivo y verdadero, 10 y esperar de los cielos a Su Hijo, al cual resucitó de entre los muertos, es decir, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera."

Expositor

E

Erick Miranda R.

Pastor Principal - ESP

Pastor principal de la Iglesia. Junto a varias familias fundó la congregación En Su Palabra hace casi 14 años.

Material de Estudio

Este es el documento que se compartirá en el Grupo de Discipulado Familiar

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Serie: Vuelvan a mí

Una serie de enseñanzas expositivas sobre el libro de Malaquías que confronta la religiosidad vacía y llama al pueblo de Dios a una vida de fe sincera, obediencia y reverencia, desde una perspectiva bíblica reformada.